El diálogo armónico
Cuando la práctica musical es compartida, como por ejemplo en formaciones cambrísticas, orquestas o coros, el diálogo constructivo resulta una herramienta capital. Cuando un intérprete comparte el relato del discurso musical con otros músicos, aprovechando el argumento de Beethoven, quien decía que la música de cámara es una conversación entre personas educadas, se tiene que llegar constantemente a acuerdos técnicos para que la narración sea clara, coherente y expresiva.
Estos acuerdos parten de un intercambio productivo de ideas mediante una gestión comunicativa óptima. Hace falta, de buen principio, asumir que ninguno de los miembros se encuentra en posesión de la razón, y que es a partir de las reflexiones y el conocimiento que aportan cada una de las personas quienes conforman el grupo que se construye un producto consensuado y listo para su exposición pública con la voluntad y la capacidad de ser comprendido. El fruto de este ejercicio de colaboración se pone de manifiesto cuando cada uno de los instrumentistas adopta un rol determinado en cada momento, ya sea de protagonismo, liderazgo, acompañamiento, equilibrio o cimiento estructural.
ASPECTOS DEL COMPORTAMIENTO
Las capacidades y la actitud que hay que desarrollar a través de la práctica activa de la interpretación musical en grupo son valores personales dirigidos a mejorar la relación que mantenemos con nosotros mismos y con nuestro entorno. Potenciar el reconocimiento mutuo, generar la máxima simetría posible en la relación con los que nos rodean y fomentar la comprensión mutua a través del diálogo. Estos son algunos de los aspectos del comportamiento imprescindibles tanto a la hora de compartir la experiencia musical como en la interacción cotidiana, con otras personas, ya sea esta personal o profesional.
EDUARD COMALADA
Director Acadèmic
¿quieres mejorar la armonía corporativa de tu empresa?
Ponte en contacto con nosotros y programaremos una visita para ver de qué forma podemos ayudarte mejor.