Armonía Corporativa
La música armoniza grupos de personas y los convierte en equipos
Por nuestra condición de seres humanos, todos tenemos la capacidad de trabajar armónicamente en equipo, consiguiendo resultados fácilmente y pasándolo bien en el empeño. En un equipo armónico, tus capacidades, quién tienes al lado, de dónde vienes, quién eres o por cuánto tiempo vas a estar son aspectos secundarios.
Nuestras formaciones tienen como objetivo despertar la armonía subyacente en todo grupo humano, trabajando la armonía personal, la armonía artística y la armonía en las relaciones.
EN TODO GRUPO HUMANO HAY UNA ARMONÍA LATENTE CAPAZ DE TRASCENDER EL INDIVIDUO
Y TRANSFORMAR LA REALIDAD
Una orquesta o un coro es un modelo de organización óptimo, porque cada uno de los miembros, a partir de su propia especialización, pone lo mejor de sí mismo al servicio de un proyecto compartido y de un bien superior: la música.
En este ámbito, para impactar en la emotividad del público el grado de armonía entre los músicos tiene que lograr la excelencia. Por eso se tiene que conseguir que todos los miembros vivan este proyecto como propio, más allá del punto de vista y las necesidades de cada cual.
VISIÓN
Esto se traduce en un mayor grado de motivación y compromiso, índices más altos de engagement y un considerable refuerzo del employee experience.
Como consecuencia, se consigue:
- sustancial mejora del clima laboral
- mayor consecución de los objetivos
- reducción de la conflictividad, con los beneficios que comporta
- mejor posición para la captación y retención de talento.
COMO EQUIPO HUMANO, ENTRE UNA ORQUESTA Y UNA EMPRESA HAY UN CLARO PARALELISMO
MISIÓN
La actitud de Harmònicament en este proceso es la de acompañamiento, estimulando la reflexión y facilitando el diálogo entre las personas a partir de experiencias musicales, y sin interferir las dinámicas particulares de cada organización.
VALORES
Vivimos en una sociedad que nos hace esclavos de las herramientas –tecnología, velocidad, tiempo, educación…-, disfrazada de sociedad del bienestar. Un supuesto bienestar que condiciona el comportamiento del individuo hacia una constante adecuación para no sentirse marginado.
Cuando esta sociedad reduce su razón de ser a la productividad provoca, en quienes no tienen bastante, la frustración de no poder satisfacer las necesidades generadas por la propia productividad. En los que tienen demasiado, causa una permanente insatisfacción.
Los sistemas educativos otorgan poco valor al estudio del pensamiento, a la espiritualidad, a las manifestaciones artísticas y a las expresiones creativas. En definitiva, a todas las materias que ayudan al crecimiento personal a través de la reflexión y al desarrollo del espíritu crítico.
La práctica de la interpretación musical con la propia voz es una metáfora del uso de una herramienta eficaz al servicio de la creatividad: la propia voz. Con este recurso natural podemos relatar un discurso musical con un inagotable abanico de posibilidades expresivas. Tan solo hace falta una idea, una reflexión, una narración y un interlocutor para que el proceso comunicativo acontezca una experiencia existencial.
Todos los elementos que convergen en este fenómeno son similares a los que intervienen en un proceso productivo, en el más amplio sentido de la palabra. En este caso, no obstante, la herramienta no nos esclaviza, a pesar de que sí pueden hacerlo circunstancias como la presión, el exceso de responsabilidad, la vanidad, la envidia, el orgullo o la pereza. Del mismo modo que sucede en la vida, es la actitud generosa, humilde y receptiva del individuo en relación al pensamiento, en frente las exigencias sociales, la que nos hace acontecer libres o esclavos.
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